Precisamente en los lugares donde las diferencias de temperatura durante el día son más amplias, mejor funciona el sistema. Aún más si estas temperaturas son muy extremas tanto en calor como en frío.
La zona interior del edificio se verá protegida a estas temperaturas, manteniéndose en una banda de temperatura estable lo que supone un Confort térmico que equivale a una sensación agradable al entrar en el edificio desde el exterior y un importante ahorro energético en aire acondicionado o calefacción para mantener dicho confort si no estuviera la fachada ventilada.

El sistema de fachada ventilada es una doble piel que se pone al edificio que además de aislamiento, una protección lógica al edificio interior: protegiéndolo de lluvias, impactos, humedades, etc., ampliando muy notablemente la durabilidad y vida de la estructura del edificio.

Hoy en día, el sistema de fachada ventilada es una moda que se ha extendido a todo el mundo y todo edificio a la vanguardia del diseño suele contar con este tipo de construcción. Desde los edificios más emblemáticos, los arquitectos de mayor prestigio, grandes centros comerciales a las casas unifamiliares; ya sea por diseño o por sus ventajas, tenemos ejemplos de todo tipo con fachada ventilada. 

Posiblemente para un fabricante o distribuidor de materiales constructivos no exista elemento de marketing más importante para presentar sus productos, que una fachada ventilada en un edificio representativo o en una zona transitada de la ciudad.
Cualquier persona observará el producto en el “mayor cartel” que podemos disponer en la calle por muchos años; o bien, siempre podremos recomendar la visita a este edificio a cualquier posible cliente para que evalúe el diseño, durabilidad o prestaciones de nuestro producto a las inclemencias de estar en el exterior.
Así mismo para el cliente final, será la imagen, la primera visión o característica de marca que tendrá su empresa, local o vivienda respecto a sus clientes, proveedores o vecinos que tendrá. Es muy importante que la primera imagen la más idónea posible. 

No. Hay diferentes variables que hay siempre que tener en cuenta:
Primero que hay tres elementos a presupuestar: Pieza, estructura e instalación.
Segundo, las variables que modifican estos precios:

A. La cantidad de m2: Cuando más grande sea la operación, más se podrán ajustar los costes y optimizar los materiales a utilizar, por lo que el precio final será inferior que en una obra pequeña.

B. Tipo de operación: O más bien cuantos huecos tiene (ventanas, puertas, etc). Cuanto más huecos tenga, más cortes (mermas) tendrá, es decir, más material de pieza y estructura necesitamos comprar para cubrir los mismos m2 que si no tuviera huecos. Igualmente, la dificultad de mano de obra y tiempo de ejecución es superior por lo que los costes aumentan. Como ejemplo, las distinciones se suelen hacer en tres tipos de edificios: Diáfanos (centros comerciales, locales, etc), con pocas ventanas o en bandas (edificios de oficinas) y con muchos huecos (edificios de viviendas). Según este tipología vamos de más económicos a más costosos.

C. Formato de la pieza: El formato y el tipo de pieza van a determinar la distancia entre perfiles verticales. Cuanto más nos acerquemos a la distancia máxima que nos permite la pieza o el estudio de cargas, más optimizaremos el material y economizaremos el coste. Menores y superiores a este "formato óptimo", necesitamos más perfilería vertical (con sus escuadras, grapas y tornillería) que incurre en más coste de material y de instalación.

Tienes dos opciones:

1. Por el calculador de www.claddingprices.com o la App para Android y Apple: formato de la pieza, m2 totales y sistema a utilizar. Con ello tendremos al instante un precio directo sobre un muro ciego*. *Muro ciego se define una zona de optimización máxima sin huecos. En breve se dispondrá de una versión con mermas aproximadas por tipo de obra para ser aún más exacto.

2. Por nuestro departamento de ingeniería Claddingprices.com: Cuatro elementos básicos: formato de la pieza, planos de alzados y plantas en dwg, grosor del aislamiento (para calcular la salida de la fachada ventilada) y localización de la obra para el estudio de cargas de viento.

El aislamiento protege al edificio y siempre debería llevarlo. Con el sistema de fachada ventilada, estas ventajas de aislamiento aumentan considerablemente. Hay zonas donde el aislamiento no se pone y el resultado será lógicamente peor del esperado.

Ambos sistemas son válidos tanto en prestaciones como en características de confort térmico. No hay diferencias en su funcionalidad. La diferencia entre ambos suele ser por motivos estéticos (que se vea o no el anclaje).
A nivel de precios, por mecanización de la pieza (si es necesario) y por rapidez y facilidad de colocación, suele ser más económico el sistema de grapa vista.

La estructura de aluminio, acero inoxidable o acero galvanizado que va por detrás de la fachada es la que tiene que soportar el peso y las cargas que tiene la fachada así como la succión que provoca el viento que es el elemento más complejo en una ventilada. Nuestros ingenieros tomarán estas medidas de cargas para elegir los elementos, grosores o anclajes más apropiados para cada fachada y cada pieza. Este estudio lo podemos ofrecerse incluso visado por el Colegio de Ingenieros.

Difiere de cada obra principalmente por las variables de planimetría del paramento y el grosor del aislante elegido, las medias suelen estar desde el muro exterior al exterior de la fachada ventilada entre los 8 a 14 cms. Distancias menores y superiores son posibles, simplemente requieren un estudio más exhaustivo de sus elementos para atender a la necesidad concreta del proyecto.
Lo más importante es que la distancia entre el aislamiento y el dorso de la pieza sea de 2-3cms para que genere la presión necesaria para el efecto chimenea y así tenga el efecto de “ventilada”.

La zona ventilada es donde se establece ese cambio de temperaturas entre el exterior y el interior así como es donde se produce el efecto chimenea. Se puede decir que “no es un lugar agradable para anidar” ya que no es estable y además rumoroso. La posibilidad de que se anide siempre la hay, y para ello se cuenta con unas piezas especiales que son unos perfiles en U que se colocan en la parte inferior y superior de la zona ventilada que se llaman de hecho “anti-roedores”.

Prácticamente no, aunque por lógica en un país con mucho sol, los colores claros o cremas funcionarán mejor. La dimensión de la pieza o formato suele ser una decisión más estética, pero el tipo de material sí puede tener más repercusión ya que hay materiales que tienen menor inercia térmica y este dato mejora los resultados finales de la fachada.

Efectivamente, siempre.
El tener juntas abiertas es la ayuda necesaria que precisa la fachada para que tenga efecto chimenea y que la dilatación de las piezas de la fachada ventilada no suponga un riesgo.
Las verticales suelen ser de 2-4mm y las horizontales entre 6-10mm